Los niños y niñas que participan de un Programa de Escuela Bosque en un entorno natural periódicamente, gozan de los siguientes beneficios:
- Físicos: Mejoran el balance, la fuerza muscular, trabajan sus habilidades motoras gruesas y finas manipulando objetos naturales y herramientas. Enriquecen su sistema inmunológico.
- Cognitivos: Mejoran su capacidad de atención y concentración. La naturaleza fomenta su curiosidad y por ende los ayuda a volverse autodidactas y más independientes en su proceso de aprendizaje.
- Emocionales: Se vuelven más resilientes al soportar diferentes condiciones y por ende más tolerantes a la frustración. También son más creativos ya que el juego no estructurado les permite dejar volar su imaginación. Su autoestima florece al resolver situaciones de forma individual y colectiva.
- Sociales: Aprenden a cooperar, trabajar en equipo, negociar, liderar ya que el juego no estructurado y la exploración los hace asumir roles naturalmente dentro del grupo.